Dolor Confusión

¿Alguna vez has sentido ese dolor en el pecho? ¿Ese dolor inmensurable, imposible de controlar? ¿Un dolor que invade hasta lo más profundo de tu alma y te carcome por dentro? ¿Un dolor que no te deja vivir a gusto y te fastidia hasta la agonía… hasta enloquecer?

¿Alguna vez has sentido ese dolor al ver a una persona? ¿Al verla con alguien más?  ¿Al verla siendo feliz sin ti? ¿Al no tenerla junto a ti? ¿Al verla pasar, caminando en la vida con alguien más? ¿Al verla tomada de la mano con quién la hace feliz? ¿Al no ser tú quién le saca esas risas, esas sonrisas? ¿Al no poder ser tú quién seque sus lágrimas, quién le de consuelo? ¿Al no ser tú esa luz que ilumine su rostro y a la vez su camino?

Si es así, lamento decirte que estás perdido, has contraído un grave virus que está en el aire, un virus que ataca a todo el mundo, a todo el que está a tu alrededor, y como era de esperarse, tú no serías la excepción, también lamento decirte que tu caso no es como  los demás, es grave, muy grave. Sin duda te ha pegado fuerte, demasiado, diría yo. Más de lo que un ser común podría soportar.

Si me lo preguntas a mí, tu pronóstico no es muy halagador y mucho menos, alentador. Has contraído una grave enfermedad, una que no tiene cura alguna, una que te arrastrará y consumirá por completo, llevándote al infierno mismo, un infierno que jamás termina y te llevará a la locura y la agonía, invadirá tus entrañas y te quemará por dentro, te llevará a la perdición y dejará solo cenizas, destruyendo todo a su paso.

Y te preguntarás: ¿Qué se yo de todo esto? Sencillo: yo sufro de la misma. Sufro de la misma enfermedad, de la misma agonía, del mismo dolor, del mismo delirio, y no es nada agradable, debo admitir.

Y te preguntarás también: ¿Y esa enfermedad de la que hablo tiene nombre? Déjame decirte que sí, lo tiene, y no es nada agradable, ni siquiera al escucharlo, al pronunciarlo, o hasta al escribirlo. Nada agradable.

Es algo que envenena las almas de todos, algo contra lo que uno lucha a no dejarse sucumbir en sus enredos y sus engaños, algo contra lo que jamás podremos ganar, algo que está en el mismo aire que respiramos, el mismo aire que nos alimenta, algo que nos da la vida misma, al igual que nos la quita. Algo sin lo que no podremos vivir. Algo que al final acabaremos cayendo rendidos ante él, ante sus pies.

Es nuestro propio martirió, nuestra propia condena.

Nuestro gran castigo que a esta vida nos encadena.

Fuimos creados por ese solo propósito, y nuestro creador lo tenía escrito, moriríamos a manos de nosotros mismos por la misma causa por la que fuimos concebidos y nos trajo al mundo. No sé si hiso bien o mal, solo sé que él es el maestro, y nosotros sus simples sirvientes, sus títeres, sus marionetas. Sus peones mismos en un enorme tablero de ajedrez controlado solo por su propia mano, donde solo él es el que juega y nosotros servimos, estamos bajo su merced, él controla nuestras vidas, con un simple rose… un simple suspiro y estaremos donde él lo desee. Nuestras opiniones y/o decisiones no son de gran importancia, en realidad, carecen de alguna.

Al final, él lo tenía previsto: nos llevaría a la perdición. ¿Qué le importaría a él eso en realidad? Mientras podamos satisfacer sus deseos y caprichos, sin duda nada.

Él nos quiere llevar al deliro, eso es definitivo. Lo que nos remonta al tema original. ¿Aún sigues queriendo la respuesta? Ese algo sin duda la tiene, y es más grande de lo que uno se abstiene.

Ese algo tiene nombre, y sí, ese algo es lo que tienes en la punta de la lengua, es cierto que no siempre mata y envenena, pero en ese caso así es la realidad. Sí, esa cosa tiene nombre: amor.

Déjame decirte que sí,  te has enamorado, pero no lo tomes tan a la ligera, que ese es el gran error que cometería cualquiera.

Ten cuidado y apresúrate, que el reloj se queda sin arena. No pierdas más y huye, si no quieres  terminar a cumplir una gran condena. Aún estas a tiempo, apresúrate.

No sigas mi ejemplo y caigas en sus juegos, que al no ser correspondido terminarás en el martirio.

Esto es una trampa, un gran enredo. Estoy perdida, estoy herida. Dentro de un vacío de dolor y confusión, es mi perdición.

By: Tsuki-chan
(Lunatica)

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