Danza de los Condenados

ADVERTENCIAS!
"Prohibido copiar, plagiar, robar o cualquier otra cosa que involucre robar esta historia! Esto es de mi propiedad y tengo todos los derechos sobre el".
Fuera de esto... ¡Que lo disfruteen! 
Arigato!
.
.
La noche esta fría y húmeda, la lluvia no deja de caer, y los astros nocturnos iluminan el anochecer.

La luna esta en la misma posición que aquella vez. Todo pareciera que volviera a repetirse.... Una noche extraña e inusual....

El cielo llora desconsolado y sus cristalinas lágrimas chocan contra mi ventana.  La noche esta obscura y silenciosa, pero aun cuando la habitación se encuentra apagada y desolada, la luz de la luna logra iluminar una gran parte de su interior con su resplandor plateado.... Y entonces lo veo a él, plasmado frente a mi como un verdadero caballero de la noche, vestido de negro, cubierto con una sombra de misterio y locura.

Muestra una sonrisa de malicia mientras se acerca hacia mí con una postura amenazadora.

Yo retrocedo. Lo miro con miedo sin lograr reconocerlo en lo más mínimo.

Una risa amarga por parte de él.

-¿Y ahora muestras miedo... temor, Lyra? -se aproxima aún más y yo vuelvo a retroceder... retrocedo todo lo que  puedo hasta que siento la pared fría chocar contra mi espalda desnuda y es cuando me doy cuenta que estoy acorralada.

El sonríe al verme sola e indefensa.... atrapada tal cual estoy entre él y la pared, me toma del rostro y me obliga a que lo mire.

"Veo sus ojos amenazadores completamente obscurecidos, su tez pálida... su tacto helado a causa de su sangre fría, y unos colmillos completamente blancos y afilados."

Y es entonces cuando verdaderamente me doy cuenta de "quien es"... o mejor dicho de "que es" él en realidad:
"Un Vampiro"

-¿Q-que quieres? -le lanzó una mirada gélida y muestro duro mi semblante sin mostrar ni la más mínima debilidad- ¿Que viene a buscar un ser de la noche en alguien como yo?

Mira hacia la ventana y observa la luna para después murmurar algo por lo bajo en un idioma que me es inrreconocible. Pareciera ignorarme hasta que vuelve a posar su mirada en mí. Pero ahora algo a cambiado, lo miro a los ojos y logro apreciar un destello plateado en ellos... decido pasarlo por alto y creer que mi cabeza me esta haciendo una jugarreta o que  es un truco visual... un reflejo de luz.

Acaricia mi rostro con el dorso de su mano y dibuja una media sonrisa en su rostro mirándome como si estuviera olvidando algo muy importante.

-¿Que no es obvio? -me mira con desdén- ¡¿A caso no me reconoces?! -golpea con el puño la pared, y ahora logro prestar atención a un par de añillos que lleva puestos, me son familiares hasta que.... de la nada pareciera que recuperara la memoria. Y ahora, al fin lo recuerdo.... 

-¿Da-Damien? 

Sonríe y asiente con la cabeza. Comienzo a relajarme y suspiro de alivio, hasta que de la nada  me toma del cabello y me  arroja  contra el piano, escucho un cristal hacerse añicos junto a mí y unos pasos acercándose. Siento un liquido caliente resbalar por detrás de mi cabeza; trato de incorporarme pero me es imposible, siento como los fragmentos de cristal se clavan y cortan mi piel.

Pienso que nada podría estar peor, hasta que me doy cuenta que la tortura a penas iba comenzando...

Llega junto a mi y me vuelve a tomar de los cabellos, pero ahora para levantarme. Lo miro con rabia y el me devuelve una mirada amenazadora, muestra sus dientes mientras se acerca lentamente a mi cuello, rozándolo con sus labios hasta llegar a mi oído, erizándome la piel.

-Lo siento... Pero esto era... necesario...

-¿A-a que te refieres...? -es lo único que logra salir de mis labios.

En un pestañeo, toma mi muñeca y siento un aguijonazo... El fuego me invade, siento como quema mis entrañas... El dolor es inmesurable, no hay control. ¡Llamas¡ ¡Llamas del infierno!  Llamas apoderándose de todo a su paso. Las puertas del inframundo abiertas, aclamando gloria... pecado. ¡Pecado!.

Oh! Dios mío, libradnos!

La ventana fría esta contra mi piel, ahora pareciera no importarme. Distraidamente tomo mi muñeca y siento algo cubriendome, retiro el vendaje y logro apreciar como la herida termina de cicatrizar rapidamente. 

Sonrío amargamente, era de esperarse.

Paso mi mano por mi cuello... juraria sentir su respiración de nuevo hasta que...

-Veo que has despertado.

Me incorporo rapidamente llegando en un santiamén al extremo opuesto de la habitación. El ríe por mi reacción y se acerca con una sonrisa de satisfacción.

-Ahora eres más ágil, me agrada -toma un mechon de mis cabellos pelirrojos y lo acomoda detras de mi oreja.

-¿Que esperabas? No soy idiota.

-Mmm... si, no lo eres. -me muestra su cuello y lo rasga ocasionando que sangre. -Vamos... Lo necesitas. Sangre por sangre. Que mejor oferta que... una que no se puede "rechazar" 

Aprieto los ojos fuertemente. Siento el ardor en mi garganta; de nuevo aquel fuego, aquel fuego insoportable, pero... ahora de una distinta manera: lujuria, sed, "venganza". Imposible controlar.

Abro los ojos y veo como él me observa de la misma manera, veo como sus ojos cambian de un azul platinado a un rojo ensangrentado... veo como se obscurecen rápidamente llegando a un negro carbonizado y... en el mismo preciso momento en el que paso todo esto veo mi propio reflejo... veo como mis ojos de un avellana acaramelado pasan por el mismo ritual.

Ahora nada importa, tan solo la sed... saciar la sed.

Tomo su sangre... tomo la sangre de su cuello semiabierto, el cual invitando a que la danza comience... La siento fluir dentro de mí y antes de que logre disfrutarlo completamente, siento como él me aprisiona entre sus brazos y toma mi sangre a la fuerza. Y ahora es cuando lo siento realmente, aquella sensación creciendo dentro de mí... deseo, pasión locura... Se apoderan rápidamente de cada rincón, sin lograr saciarse.

Las ropas caen rápidamente… Y la verdadera danza comienza.

Una lucha entre poder y gloria. Una lucha inaudita el cual el ganador sufrirá una gran condena, pero... ¿Quien será el verdadero condenado, si ambos somos hijos del pecado?

El perdón de Dios no es para nosotros los marginados... aquellos a los que acusan de no tener alma, estar "muertos en vida" no tenemos salvación, no somos dignos de llegar a la Gloria eterna, sino verdaderos hijos del infiernos… Las llamas del inframundo nos consumirán y se apoderaran de nosotros proclamándose los verdaderos triunfadores. 

"Somos el eslabón perdido... El que jamás tendrá su lugar".

By: Tsuki-chan
(Lunatica)

No hay comentarios:

Publicar un comentario